11.6.17

Reseña de Cine | Logan

Logan
Duración de 137 minutos
Protagonizada por Hugh Jackman, Patrick Stewart, Dafne Keen, Robert Boyd Holbrook, Stephen Merchant
Dirigida por James Mangold 
En un futuro donde ningún mutante nace ya, un avejentado Logan cuida del Profesor Xavier, ambos cerca de la frontera con México; a pesar de los esfuerzos por exiliarse del mundo, Logan es obligado a reconectarse con su humanidad tras la llegada de Laura, una misteriosa niña que desesperadamente necesita su ayuda.
Que yo recuerde, en el cine hemos visto ir y venir encarnaciones distintas de personajes clásicos, y en el mundo de los cómics, esto es más que común; desde el año 2000 hasta la fecha, han aparecido tres Hombre Araña, dos Superman y tres Hulk, por mencionar algunos, pero durante 17 años, sólo ha existido un Wolverine, Hugh Jackman. Ahora, retomando al personaje por novena ocasión, Logan es el momento decisivo del mutante más querido por muchos, la última vez que lo veremos en pantalla grande, y ante esto sólo puedo decir: gracias, ¡y qué manera de despedirse!

Aquí pasa algo curioso, pues realmente no puedo clasificar al filme como uno del género de superhéroes, sino más bien un Western. Lo que esta conclusión al tormentoso viaje de Wolverine representa es único: no sólo es el fin de una era, es un homenaje a Jackman y su personaje, además de una muestra a lo grande y profunda que una adaptación de cómic puede llegar a ser si obtiene el respeto y tratamiento que merece.

Su clasificación C, exclusiva para adultos, está totalmente justificada; basta con ver la primera secuencia para entender la crudeza de este mundo, uno que te transmite nostalgia y melancolía, expresada simplemente en la mirada de su protagonista.

El elenco no podría ser mejor; incluir a Sir Patrick Stewart como Charles Xavier fue una gran decisión, pues aquí conocemos una faceta totalmente nueva del Profesor X: vulnerable, irreverente y a la vez cálido y tierno. Pasamos de recordarlo como alguien a cargo de dirigir una escuela para jóvenes con habilidades especiales a verlo en condiciones deplorables, casi de abandono. Ello resulta todavía más impactante cuando tomamos en cuenta que al igual que Hugh Jackman, Stewart ha interpretado por bastante tiempo el mismo papel, y me atrevo a decir que para el público no es sólo un personaje más, sino todo un ícono de la franquicia mutante. La forma en que su ciclo se cierra, al igual que el de Wolverine, es perfecto, y junto a este y Laura, vemos tres generaciones distintas de X-Men, con un balance perfecto entre ellos.
De hecho, recientemente Patrick Stewart declaró que está listo para decirle adiós al Profesor X, pues después de leer el guión de Logan, no se le ocurría una mejor manera de terminar con este fantástico capítulo en su vida. Claro, aunque no descarta la posibilidad de un cameo en la secuela de Deadpool, que aprovechando el estreno de la cinta, reveló en cines de Estados Unidos un breve adelanto de su próxima entrega.

Hablando sobre el villano principal, Pierce, interpretado por el actor Boyd Holbrook, es efectivo en su papel, logrando salirse del molde donde el malo de la película es olvidable o carece de cierto atractivo; en esta ocasión, vemos a alguien que sólo cumple con su trabajo, sin una historia compleja o rebuscada como trasfondo, o incluso alguna inesperada conexión con el protagonista. Su tiempo en pantalla no es mucho, pero cuando aparece, su presencia no pasa desapercibida, y como comúnmente se dice, a veces menos resulta más.

Con respecto a Stephen Merchant como Caliban, el personaje, en su mayoría, se siente como un elemento que el director o el guionista no supieron integrar. Sólo está ahí, y aunque ayuda a mover algunos puntos de la trama, realmente no aporta nada más; en lo personal, pienso que si iban a incluir a otro mutante como compañero de Xavier y Logan, bien pudieron utilizar a uno más conocido y familiar para los fans, que a aquel que apenas vimos en la cinta X-Men: Apocalypse del año pasado, y que ni siquiera es interpretado por la misma persona.

Pero de quien no sólo yo, sino todos los demás seguidores de la franquicia mutante deben estar hablando, es sin dudas de Laura, mejor conocida como X-23, interpretada por la pequeña actriz británico-española Dafne Keen, en su primer rol en la pantalla grande; ¡y qué manera de debutar! Sin necesidad de hablar, las emociones que esta niña transmite son lo que vuelve a su personaje tan efectivo, y una perfecta pareja para Logan.

Sus similitudes con él van más allá de un par de garras de adamantium en ambas manos y otra más en sus pies, pues toda esa energía e ira al verla destrozar, no matar o herir, destrozar un cuerpo tras otro, es irreal; hay que poner atención a la carrera de esta actriz, pues independiente a su futuro como sucesora de Wolverine, la combinación de una pequeña llena de inocencia, y por momentos tierna, y una especie de cachorro salvaje es difícil de encontrar, más aun cuando recordamos su corta edad, por lo que no puedo esperar a ver a qué nuevos filmes se integrará.

Pasando a la historia, esta resulta en ratos predecible y hasta repetitiva, pues vemos a nuestros héroes llegar a un punto, permanecer un rato, ser encontrados por los malos y luego escapar; ello se repite prácticamente cuatros veces en toda la película, y aunque interesante, creo que pudieron lograr mucho más con el guión, sobre todo si consideramos que incluir un guiño o dos a anteriores entregas de Wolverine, así como a Old Man Logan, su principal material origen, no hubiera sido tan malo.

La fotografía, estética y vestuario son otro acierto en el filme; desde los primeros minutos nos adentramos en un mundo, que si bien es descrito como postapocaliptico, no es del todo ajeno a la realidad, plagado de tomas panorámicas a lugares desérticos y abiertos, además de mostrar una decadencia obvia en los personajes. Hace unos días el director James Mangold reveló una versión de Logan totalmente en blanco y negro, e inmediatamente las comparaciones con Mad Max: Fury Road no se hicieron esperar, proyecto que recibió un tratamiento similar.
A partir de aquí comenzaré a hablar con SPOILERS, así que si no has visto la cinta, te recomiendo que lo hagas y después regreses a terminar esta reseña.

Empecemos con la muerte del Profesor X; y si bien es cierto que ya hemos pasado por eso antes, esta vez la perdida se sufre mil veces más. En la película Charles Xavier resulta un personaje entrañable, y cuando aparentemente le confiesa a Logan que aquella noche en la granja fue una de las mejores en su vida, juro que no estaba preparado para lo que vendría después: un clon de Wolverine, X-24, poniendo su puño en el pecho de Charles, y sacando sus garras, atravesándolo.

No podía creer que ese fuera su final, después de verlo sufrir con una enfermedad que afectaba su cerebro y provocaba que paralizara a todo aquel que estuviera cerca. Y si agregamos que uno de esos ataques terminó en la muerte de varios X-Men, y la culpa con la que carga el personaje de Stewart desde entonces, su final resulta sumamente doloroso y trágico, aunque efectivo.

Lo que lo hace aún peor, o mejor, es la reacción de Logan: lo único que él quería era protegerlo, mantenerlo vivo y comprar un barco para permanecer en paz y alejados de todo peligro; en su lugar, entierra su cuerpo cerca de un lago, y vemos como, destrozado por la pérdida de su mentor, y más que eso, su amigo, el primer impulso que tiene es aislarse para que nada lo lastime de nuevo, y con algo de suerte, finalmente morir.

Claro que Laura no se lo permite, y es justo después cuando la escuchamos hablar por primera vez, y aunque no creía amar más la interpretación de esta actriz, de alguna forma lo logró; la conexión que forman, una especie de padre e hija, es convincente y se siente ganada y natural. Logan ha visto desaparecer a cada persona que ha amado, y el ser parte de una familia, o al menos saber cómo se siente tener un hogar, significa todo; mi escena favorita es precisamente la cena en la granja, todos reunidos y platicando de mejores tiempos con aquellas personas que apenas conocieron; hay belleza en lo simple pero profundo, y esos breves momentos de felicidad lo demuestran.

Me gusto que incluyeran el universo de X-Men en forma de cómics, pues aportó una sensación de leyenda a Wolverine, el Profesor X y los demás mutantes; lo que no me agradó fue el uso de ese clon de Logan, que aunque impactante al verlo pelear contra su igual, me sacó del realismo que la cinta mantenía hasta ese punto, además de ser una oportunidad desaprovechada para incluir en la historia a Sabretooth, interpretado por Liev Schreiber, y que en palabras del guionista, originalmente estaba planeado para aparecer en el filme.

Por último, tengo que hablar sobre la muerte de Wolverine; aunque brutal, la última batalla me pareció más de lo mismo, pero de repente me golpeó: estaba viendo como Logan agonizaba, y mientras Laura sostenía su mano y le decía papá, Hugh Jackman se despedía de su personaje más icónico, aquel que hoy por hoy no podemos imaginar que sea interpretado por alguien más. “Así es como se siente…”. Esas son sus últimas palabras, y mientras en un valle yace su tumba, una cruz, después formando una X, pone punto final al viaje de este mutante.
En conclusión: Logan es el final perfecto de una era marcada por filmes sorprendentes, otros buenos y algunos no tanto, pero que de no ser por el trabajo de Hugh Jackman, bien podríamos haber tenido ya a dos o tres actores interpretando este personaje. Logan no es una cinta perfecta, aunque vale la pena decir que muchos la comparan ya con El Caballero de la Noche de Christopher Nolan, pero nos recuerda que no necesitamos más historias cliché de superhéroes, lo que necesitamos son historias reales con un toque de superhéroes en ellas. ¡Hasta pronto, Wolverine!

2 comentarios:

  1. Hola.
    Me encantó tu análisis y adoré la película :) Creo que todo encajó de forma perfecta, Jackman estuvo genial, adoré a Laura, y lloré mucho al final :)

    Saludos.

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    1. Hola; muchas gracias, y qué bueno que te gustó la reseña/película. Tienes razón, todas las piezas quedaron a la medida para ofrecernos una despedida para Logan/Wolverine digna de Hugh Jackman. ¡Saludos, y nos estamos leyendo!

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Venga, despotrica.